¿Cómo mejorar lo que tengo?

Querer tener más y desear mejores circunstancias en nuestra vida es totalmente humano, válido y hasta necesario. El desafío se presenta cuando queremos conseguir esos cambios sin nosotros querer cambiar. 

Sabiamente afirmaba Einstein "No podemos resolver nuestros problemas con el mismo pensamiento que usamos cuando los creamos". De tal manera, si queremos modificar alguna situación que estamos experimentando, somos nosotros los primeros que tenemos que cambiar.

Ahora bien, ¿qué es eso que necesitamos cambiar? 

Aunque cada situación puede ser única, hay un aspecto esencial que debe prevalecer en todo proceso de cambio: el deseo de cambiar. Por lo tanto, el primer paso crucial consiste en transformar nuestro deseo de permanecer inertes en un genuino anhelo de cambio interior.

Así, como una persona adicta a las drogas, por citar un ejemplo, no desea cambiar si no cuando se percata del daño que le produce su adicción; el resto de los mortales tampoco deseamos cambiar si no cuando reconocemos que quedarnos igual resulta mucho peor. 

La idea, por tanto, es superar nuestra tendencia innata a buscar que sean los otros o las condiciones externas las que se modifiquen, y empezar a cultivar internamente ese deseo de transformación, pues de faltar este elemento, los cambios que se pretenden -a pesar del esfuerzo que se empeñe- no terminarán sucediendo.

De esta manera, si te encuentras atravesando una situación de la cual necesitas un cambio, recuerda que la razón por la cual esa situación se presentó en primer lugar, es para que dentro de ti se despierte ese anhelo por tu propia transformación y evolución.

No esperemos que las cosas lleguen a su punto crítico para motivarnos a cambiar. Comprometámonos cada día con pequeñas acciones que nos ayuden a mejorar y, con ello, nuestras circunstancias de vida también mejorarán.